Publicado el mayo 10, 2024

El éxito del control biológico avanzado no reside en sustituir un insecticida por un insecto, sino en dominar la ingeniería ecológica para gestionar la finca como un sistema vivo.

  • La elección entre una estrategia clásica, inoculativa o inundativa depende de la dinámica de la plaga, el tipo de cultivo y los objetivos a largo plazo.
  • Fomentar la biodiversidad y las infraestructuras ecológicas es tan crucial como las sueltas de enemigos naturales para lograr una protección resiliente.

Recomendación: Deje de pensar como un aplicador de productos y empiece a actuar como un gestor de ecosistemas, monitorizando umbrales y dinámicas poblacionales para tomar decisiones estratégicas.

Para un técnico agrícola experimentado, el control biológico ha dejado de ser una curiosidad para convertirse en una herramienta cotidiana. Ya conoce la sensación de liberar fauna auxiliar y ver cómo las poblaciones de plaga empiezan a menguar sin necesidad de recurrir al pulverizador. Sin embargo, la verdadera maestría en este campo no se encuentra en la simple sustitución de insumos químicos por biológicos, una visión que limita enormemente su potencial. El error más común es creer que se trata de un arsenal de «bichos» que se aplican como si fueran insecticidas, esperando resultados inmediatos y uniformes.

Esta perspectiva ignora la esencia del control biológico: es una disciplina de ingeniería ecológica. Se trata de manipular delicadamente las dinámicas depredador-presa, de construir ecosistemas resilientes en miniatura y de entender que cada finca es un laboratorio biológico único. La clave no es solo qué enemigo natural liberar, sino cuándo, cómo y, sobre todo, por qué. Implica pasar de una mentalidad reactiva de «apagar fuegos» a una proactiva de «gestión de hábitat» y prevención.

Si la verdadera clave no fuera el producto, sino la estrategia, ¿cómo podemos ir un paso más allá? Este artículo está diseñado para usted, el profesional que busca profundizar y no se conforma con lo básico. No repetiremos qué es el control biológico, sino que diseccionaremos las tres grandes estrategias —clásica, inoculativa e inundativa— desde un punto de vista táctico. Analizaremos cuándo es preferible traer un «sheriff» foráneo, cuándo crear un «ejército» permanente en su invernadero o cuándo lanzar un «bombardeo» masivo y puntual, siempre con ejemplos y datos anclados en la realidad de la agricultura española.

Este recorrido le proporcionará las claves para no solo utilizar el control biológico, sino para dominarlo, transformando sus fincas en auténticas fortalezas biológicas, más productivas, sostenibles y rentables. A continuación, desglosamos los pilares de esta disciplina para que pueda aplicarlos de forma estratégica.

Traer un «sheriff» de fuera: el control biológico clásico contra las plagas invasoras

El control biológico clásico es la estrategia de elección frente a un problema muy concreto: la llegada de una plaga exótica invasora que causa estragos al no tener enemigos naturales en el nuevo territorio. La solución, conceptualmente simple pero científicamente compleja, consiste en viajar al área de origen de la plaga para identificar, estudiar e importar a su depredador o parasitoide específico. Este enfoque no busca la erradicación, sino el restablecimiento del equilibrio ecológico a largo plazo, introduciendo un agente de control que se establezca de forma permanente.

Un caso de estudio paradigmático en España es la lucha contra el Cotonet de Sudáfrica (Delottococcus aberiae), que ha afectado gravemente a los cítricos. La investigación liderada por el IVIA y la UPV fue clave. Tras un minucioso trabajo en Sudáfrica, se identificó una pequeña avispa, Anagyrus aberiae, como un parasitoide altamente eficaz. Este insecto deposita sus huevos dentro de las hembras o larvas del cotonet, provocando su muerte y cortando el ciclo de la plaga. La especificidad es crucial en estos programas para asegurar que el nuevo agente no afectará a especies autóctonas.

Estudio de caso: El éxito de Anagyrus aberiae contra el cotonet en los cítricos españoles

Investigadores del IVIA y la UPV encontraron en Sudáfrica la avispa parásita Anagyrus aberiae, que demostró un control prometedor de la plaga. Tras un riguroso proceso regulatorio, empresas como Koppert España obtuvieron el permiso para su producción masiva. El mecanismo de acción es la parasitación de las hembras o larvas adultas del ‘cotonet’, causando la muerte de la plaga antes de que pueda reproducirse. Gracias a este esfuerzo, y según datos del IVIA, desde 2020 se vienen realizando sueltas para su control, ofreciendo una solución sostenible a largo plazo.

La introducción de un organismo exótico es un proceso extremadamente regulado por normativas como el Real Decreto 58/2005. Requiere años de investigación, cuarentenas y pruebas de especificidad para evitar cualquier impacto ecológico no deseado. Para un técnico, entender esta estrategia significa reconocer que, ante una nueva plaga invasora, la solución más duradera no vendrá de un nuevo fitosanitario, sino de un complejo proyecto de investigación y diplomacia científica.

Crear un ecosistema en miniatura: la estrategia del control biológico inoculativo en invernaderos

A diferencia del control clásico, el control biológico inoculativo no se enfrenta a una plaga invasora, sino a plagas endémicas o recurrentes, especialmente en cultivos protegidos como los invernaderos. La estrategia aquí no es introducir un agente para que se establezca a escala de país, sino realizar sueltas periódicas de enemigos naturales para que se establezcan dentro del ecosistema del invernadero durante todo el ciclo de cultivo. El objetivo es crear una población estable de fauna auxiliar que mantenga a las plagas por debajo del umbral de daño económico.

Este es el modelo que ha convertido a Almería en un referente mundial. En los invernaderos de pimiento, por ejemplo, se ha alcanzado un hito impresionante donde, según datos de la Consejería de Agricultura de Andalucía, el 100% de los cultivos de pimiento utilizan control biológico. Esto se logra con sueltas tempranas de depredadores como Amblyseius swirskii y Orius laevigatus, que se instalan en el cultivo antes incluso de que la plaga (mosca blanca, trips) sea un problema visible, actuando de forma preventiva.

Esta es una foto editorial profesional con realismo de revista. Primer plano extremo (objetivo macro de 100 mm) de un ácaro depredador beneficioso (Amblyseius swirskii) acercándose a huevos de mosca blanca en la superficie de una hoja de pimiento. Disparo a f/4 para una profundidad de campo ultrarreducida, centrándose en la delicada interacción. La luz natural de una ventana crea reflejos sutiles en las venas de las hojas y los cuerpos de los insectos. El contexto de un invernadero mediterráneo es visible como un bokeh suave en el fondo. Énfasis textural en la superficie de la hoja, pelos diminutos y gotas de agua del sistema de humedad. El entorno agrícola español se insinúa a través de una temperatura de color cálida y estructuras típicas de invernadero desenfocadas. Superficies: solo texturas orgánicas, sin etiquetas ni texto visible. Restricción final: la composición debe estar completamente libre de cualquier texto legible, letras, números, logotipos, marcas de agua, marcas comerciales o elementos de interfaz de usuario.

Detalle macro de interacción entre insecto benéfico y plaga en hoja de pimiento

Aunque el coste inicial de la fauna auxiliar puede ser superior al de un tratamiento químico, el análisis a largo plazo revela su rentabilidad. La reducción drástica del número de aplicaciones, la ausencia de plazos de seguridad y el acceso a certificaciones y mercados premium generan un retorno de la inversión (ROI) significativamente mayor. La clave del éxito es la monitorización constante: el técnico debe actuar como un gestor de poblaciones, asegurando que la proporción depredador-presa se mantenga en equilibrio.

El siguiente cuadro ilustra claramente por qué esta estrategia es económicamente viable a pesar de un coste inicial a veces superior.

Comparación de costes: Control biológico vs. Control químico en pimiento
Concepto Control Biológico Control Químico
Coste inicial/ha 450-600€ 350-450€
Aplicaciones/campaña 2-3 sueltas 8-12 tratamientos
Periodo de seguridad 0 días 3-21 días
Certificación premium No
ROI a largo plazo +25-30% Base

El «bombardeo» biológico: cuándo y cómo usar el control biológico inundativo

La tercera gran estrategia, el control biológico inundativo, opera con una lógica completamente diferente a la inoculativa. Aquí no se busca el establecimiento a largo plazo de los enemigos naturales. El objetivo es realizar una suelta masiva y puntual de un agente biológico para lograr un efecto de choque rápido y contundente sobre la población de la plaga. Es el análogo biológico a un tratamiento fitosanitario, pero utilizando organismos vivos. Se espera que el agente actúe y su población después decaiga, requiriendo nuevas sueltas si la plaga reaparece.

Este método es especialmente útil en cultivos extensivos o al aire libre, donde el establecimiento de poblaciones permanentes es más complicado. Un ejemplo clásico en España es el control del taladro del maíz (Sesamia nonagrioides y Ostrinia nubilalis). Se utilizan pequeñas avispas del género Trichogramma, que son parasitoides de huevos. Las sueltas se realizan de forma masiva, a menudo mediante drones que distribuyen cápsulas con los insectos sobre grandes extensiones en regiones como Aragón y Cataluña. Las avispas emergen y parasitan los huevos del taladro, impidiendo que la larva eclosione y dañe el cultivo. El efecto es inmediato y muy localizado en el tiempo.

El éxito de una estrategia inundativa depende críticamente de dos factores: el momento preciso de la suelta, que debe coincidir con el pico de puesta de huevos de la plaga, y la calidad del material biológico recibido. A diferencia de un producto químico con una formulación estable, aquí tratamos con organismos vivos. Un envío que ha sufrido un golpe de calor o que llega con baja viabilidad resultará en un fracaso total en campo. Por ello, el técnico debe ser extremadamente riguroso en la recepción y control de calidad del producto.

Plan de acción: control de calidad de enemigos naturales

  1. Verificar temperatura del envío: El paquete debe llegar con acumuladores de frío y mantenerse entre 8-10°C. Documentar con termómetro infrarrojo.
  2. Realizar un test de movilidad: Tomar una submuestra y observar bajo lupa. Se debe constatar un mínimo del 80% de individuos activos y móviles.
  3. Comprobar la fecha de caducidad y el lote: Asegurarse de que el producto está dentro de su vida útil y corresponde al pedido realizado.
  4. Inspección visual de contaminantes: Buscar la presencia de otros insectos, ácaros o signos de enfermedad o excesiva mortalidad en el envase.
  5. Documentar anomalías: Ante cualquier problema, tomar fotografías claras del producto, el envase y la etiqueta del lote para tramitar la reclamación al proveedor.

Hongos que comen hongos: el control biológico de enfermedades en tus cultivos

El concepto de control biológico a menudo se asocia exclusivamente con insectos y ácaros, pero uno de sus campos más revolucionarios es la gestión de enfermedades fúngicas del suelo y la madera. Aquí, los «enemigos naturales» son otros microorganismos, principalmente hongos y bacterias beneficiosas, que actúan como biofungicidas. Su modo de acción es sofisticado y múltiple: compiten por el espacio y los nutrientes con los patógenos, producen metabolitos que inhiben su crecimiento (antibiosis) o, en el caso más fascinante, los parasitan directamente (micoparasitismo).

Un protagonista destacado en este campo es el hongo Trichoderma spp. Ciertas cepas, como Trichoderma harzianum T-22, son verdaderos guardianes del sistema radicular. Al aplicarse al suelo, colonizan rápidamente la rizosfera, creando un escudo protector alrededor de las raíces. Este escudo impide físicamente que hongos patógenos como Fusarium, Pythium o Rhizoctonia puedan infectar la planta. De hecho, la investigación ha demostrado su alta eficacia; estudios específicos han confirmado la protección contra 5 patógenos principales del suelo, además de estimular el desarrollo radicular de la propia planta.

Esta es una foto editorial profesional que representa la batalla subterránea entre hongos beneficiosos y patógenos. La iluminación lateral dramática crea un fuerte contraste entre el micelio blanco y saludable de Trichoderma que envuelve protectoramente las raíces de la planta frente a los hongos patógenos más oscuros que están siendo suprimidos. Tomada con un objetivo de 50 mm a f/2.8 para un enfoque selectivo en la zona de interacción. La composición utiliza líneas diagonales para crear tensión y movimiento. El contexto agrícola español se aprecia a través de fragmentos de macetas de terracota y la textura del suelo mediterráneo visible. Las superficies muestran solo patrones orgánicos naturales. Restricción final: la composición debe estar completamente libre de cualquier texto legible, letras, números, logotipos, marcas de agua, marcas comerciales o elementos de interfaz de usuario.

Vista microscópica de Trichoderma colonizando raíces de planta

En España, el registro y uso de estos biofungicidas está en plena expansión, con soluciones específicas para problemas clave de nuestra agricultura, como las enfermedades de la madera en vid (yesca, eutipiosis), donde cepas de Trichoderma atroviride ofrecen una alternativa biológica para proteger las heridas de poda.

Para el técnico, incorporar biofungicidas significa un cambio de paradigma: de curar enfermedades a inocular salud en el suelo de forma preventiva. La siguiente tabla resume algunos de los principales agentes registrados en España.

Principales biofungicidas registrados en España
Producto Materia activa Enfermedades diana Cultivos
Trianum-P Trichoderma harzianum T-22 Fusarium, Pythium, Rhizoctonia Hortícolas, ornamentales
Esquive WP Trichoderma atroviride I-1237 Yesca, eutipiosis, BDA Vid
Serenade ASO Bacillus subtilis QST 713 Botrytis, oídio, mildiu Frutales, hortícolas

Los retos del control biológico: lo que nadie te cuenta cuando dejas los insecticidas

El control biológico requiere un cambio de mentalidad: de ‘aplicador’ a ‘gestor de ecosistemas’

– Jan van der Blom, COEXPHAL – Asociación de Organizaciones de Productores

Adoptar el control biológico como pilar del Manejo Integrado de Plagas es una decisión estratégica con enormes beneficios, pero idealizarlo es un error. La transición desde un modelo basado en fitosanitarios conlleva una curva de aprendizaje y una serie de retos que el técnico debe conocer y saber gestionar. No es una solución «plug-and-play»; es un sistema complejo que exige mayor conocimiento, observación y paciencia.

El principal desafío es mental. Como bien señala Jan van der Blom, una de las figuras clave en la implantación del control biológico en Almería, se debe pasar de ser un «aplicador» a un «gestor de ecosistemas». Esto significa aceptar que el objetivo no es la erradicación total de la plaga (un «campo limpio» que es en realidad un desierto biológico), sino mantenerla en un equilibrio dinámico por debajo del umbral de daño. Ver algunos pulgones o moscas blancas no es un fracaso, sino el alimento que mantiene activa a la población de fauna auxiliar.

La historia de Almería es el mejor ejemplo. Antes de convertirse en líder mundial, el sector sufrió una grave crisis de residuos de pesticidas en los mercados europeos en la campaña 2006-2007. Esta crisis forzó una reconversión masiva y acelerada. Como documentan los análisis de la época, el salto fue enorme: solo en la campaña 2007-2008, el control biológico se practicó en el 36% del total de cultivos, llegando a 6.000 hectáreas y alcanzando el 90% en pimiento. Fue una transición difícil, llena de incertidumbre, pero que demostró la viabilidad y rentabilidad del modelo a gran escala.

Otros retos incluyen la compatibilidad con ciertos tratamientos, la aparición de plagas secundarias que antes eran controladas indirectamente por insecticidas de amplio espectro, y la necesidad de una gestión climática del invernadero mucho más fina para favorecer a los auxiliares. Superar estos desafíos requiere formación continua, confianza en el proceso y una excelente comunicación con el agricultor.

Comprar «bichos» para controlar plagas: la guía práctica para las sueltas de enemigos naturales

La eficacia de una estrategia de control biológico, ya sea inoculativa o inundativa, depende directamente de la correcta ejecución de un paso aparentemente sencillo: la suelta de los enemigos naturales. Sin embargo, en este proceso logístico se concentran numerosos puntos críticos que pueden llevar al fracaso todo el programa. Comprar «bichos» es solo el primer paso; asegurarse de que lleguen al cultivo en condiciones óptimas y se distribuyan correctamente es la verdadera clave del éxito.

El proceso comienza en el momento de la recepción. Los enemigos naturales son seres vivos muy sensibles a las condiciones ambientales, especialmente a la temperatura. Una caja de Orius olvidada al sol durante media hora en un día de verano en Murcia puede significar la pérdida de miles de euros y la ineficacia total del tratamiento. Es imperativo tener un protocolo de recepción y almacenamiento estricto. Los envíos deben ser inspeccionados inmediatamente y, si no se van a utilizar al momento, guardados en una cámara o nevera a la temperatura recomendada (generalmente 8-10°C) por el menor tiempo posible.

El momento y la forma de la suelta son igualmente cruciales. Realizar una suelta a mediodía con temperaturas superiores a 30°C es condenar a la mayoría de los auxiliares a la deshidratación y la muerte. Las horas de menor estrés térmico, como el atardecer o primera hora de la mañana, son las ideales. La distribución debe ser homogénea, pero reforzando los focos de plaga detectados en los monitoreos previos. Tras la suelta, un ligero riego puede ayudar a aumentar la humedad relativa y facilitar el establecimiento de los auxiliares. Este nivel de detalle en la aplicación es lo que diferencia un programa de control biológico exitoso de uno mediocre, y es un estándar en los cultivos de alto valor. No es casualidad que en la campaña ‘Cultivos Naturalmente Protegidos’ se constatara que el 96% de los cultivos de pimiento en Almería y Granada ya implementan estas técnicas, demostrando su madurez.

El protocolo de aplicación debe ser riguroso:

  • Recepción: Priorizar la entrega antes de las 10:00h en verano y verificar la temperatura del envío.
  • Almacenamiento temporal: Mantener a 8-10°C por un máximo de 48 horas si la suelta no es inmediata.
  • Aclimatación: Dejar el envase a temperatura ambiente (a la sombra) durante unos 30 minutos antes de abrirlo.
  • Momento de suelta: Realizarla siempre al atardecer o a primera hora de la mañana, evitando temperaturas superiores a 30°C.
  • Distribución: Repartir el material en pequeños puntos de suelta cada 10-15 m², concentrándolos en las zonas con mayor presencia de plaga.

Inocular para proteger: cómo usar hongos y bacterias beneficiosas para defender tus raíces

La aplicación de microorganismos beneficiosos, como los hongos del género Trichoderma o bacterias como Bacillus, es una de las herramientas más poderosas de la ingeniería ecológica moderna. Sin embargo, su eficacia no depende solo de la calidad del producto, sino de una aplicación que respete su naturaleza de organismos vivos. Inocular no es fertilizar; es introducir una población que necesita las condiciones adecuadas para establecerse y prosperar en la rizosfera. Cometer errores básicos en este proceso es una de las principales causas de resultados decepcionantes.

El error más frecuente es, sin duda, el uso de agua de red sin declorar. El cloro es un desinfectante diseñado para eliminar microorganismos, y no distingue entre patógenos y beneficiosos. Aplicar un inoculante con agua clorada es, literalmente, aniquilarlo antes de que llegue al suelo. La solución es simple: dejar reposar el agua en un tanque abierto durante al menos 24 horas para que el cloro se evapore. Otro error común es realizar mezclas en tanque con fertilizantes de alta salinidad o pH extremos, que pueden causar un shock osmótico y matar a los microorganismos. Es fundamental consultar siempre la tabla de compatibilidades del producto.

Esta es una foto editorial profesional que muestra las manos curtidas de un agricultor español aplicando cuidadosamente microorganismos beneficiosos a plántulas de tomate jóvenes en un invernadero tradicional. Es un plano medio a la altura de los ojos, con un objetivo de retrato de 85 mm a f/2.8 que crea una conexión íntima. La luz natural de la mañana que entra a través de los paneles de plástico crea una atmósfera suave y esperanzadora. El enfoque está en el gesto cuidadoso y nutritivo de la inoculación. Elementos agrícolas mediterráneos: estructura de invernadero tradicional español, bandejas de semillero de terracota. El trabajador lleva ropa protectora solo con patrones, sin texto legible. El fondo muestra hileras de plantas sanas en un suave bokeh. Restricción final: la composición debe estar completamente libre de cualquier texto legible, letras, números, logotipos, marcas de agua, marcas comerciales o elementos de interfaz de usuario.

Corte transversal de suelo mostrando raíces colonizadas por hongos beneficiosos

Las condiciones del suelo en el momento de la aplicación también son críticas. Temperaturas del suelo por encima de 35°C o por debajo de 10°C pueden inhibir o matar a los microorganismos. Por ello, las aplicaciones deben planificarse para momentos del día en que el suelo tenga una temperatura moderada. Como ha demostrado la experiencia en cultivos hortícolas intensivos, la aplicación de Trichoderma mediante fertirrigación en los suelos calizos típicos del Levante español es altamente eficaz para mejorar el desarrollo radicular y proteger contra patógenos, siempre y cuando se respeten estos parámetros básicos.

Evitar estos fallos comunes es sencillo si se sigue una checklist básica:

  • No usar agua clorada: Dejarla reposar 24h o usar agua de pozo/balsa.
  • Evitar mezclas incompatibles: No mezclar con fertilizantes de alta CE o productos con cobre.
  • Controlar la temperatura del suelo: Aplicar cuando el suelo esté entre 12°C y 30°C.
  • Respetar el pH óptimo: Asegurar que el pH de la solución de aplicación esté entre 5.5 y 7.5.
  • Aplicar inmediatamente: No almacenar el producto una vez reconstituido en agua por más de 4 horas.

Puntos clave a recordar

  • El control biológico avanzado es ingeniería ecológica: la estrategia y la gestión del ecosistema priman sobre el producto.
  • La elección entre control clásico, inoculativo e inundativo es una decisión táctica basada en la biología de la plaga y los objetivos del cultivo.
  • La creación y mantenimiento de infraestructuras ecológicas (setos, cubiertas) es fundamental para la resiliencia y el éxito a largo plazo del control natural.

Convierte tu finca en una fortaleza: la guía para fomentar el control natural de plagas

Hemos explorado las estrategias de suelta de enemigos naturales, pero la visión más avanzada y sostenible del control biológico va un paso más allá: transformar la propia finca en un reservorio permanente de fauna auxiliar. Esto se conoce como control biológico por conservación y se basa en la creación y gestión de «infraestructuras ecológicas», como setos multifuncionales, cubiertas vegetales o bandas florales. El objetivo es proporcionar a los enemigos naturales autóctonos los recursos que necesitan para sobrevivir y reproducirse: refugio, polen, néctar y presas alternativas.

Una de las grandes preocupaciones al implementar estas medidas era si estas plantas «refugio» podrían actuar también como reservorio de plagas. Sin embargo, la investigación en España ha arrojado luz sobre esto. Por ejemplo, en el caso del pimiento, se ha comprobado que las plantas asociadas a los cultivos, usadas para fomentar la biodiversidad, «no actúan como reservorio», ya que la plaga muestra una marcada preferencia por el cultivo principal. Este conocimiento permite diseñar márgenes florales efectivos sin aumentar el riesgo.

La selección de especies para estos setos es crucial y debe basarse en plantas autóctonas, adaptadas al clima local y que ofrezcan recursos en momentos clave. Por ejemplo, la Dittrichia viscosa (olivarda) es fundamental en el arco mediterráneo porque su floración otoñal proporciona un refugio y alimento vital para sírfidos y parasitoides justo antes del invierno, asegurando su supervivencia. El hinojo (Foeniculum vulgare) en verano o la Lobularia maritima durante casi todo el año son otros ejemplos de plantas funcionales.

Construir esta «fortaleza biológica» es una inversión a largo plazo. Los resultados no son tan inmediatos como en una suelta inundativa, pero crean un sistema mucho más resiliente, estable y autónomo. El técnico se convierte en un arquitecto del paisaje, diseñando corredores biológicos y hábitats que trabajan para él 24/7. La siguiente tabla muestra algunas especies ibéricas clave para esta labor.

Especies autóctonas ibéricas para refugio de fauna auxiliar
Especie Beneficio principal Auxiliares que atrae Época floración
Dittrichia viscosa Refugio invernal Sírfidos, parasitoides Otoño
Foeniculum vulgare (Hinojo) Néctar y polen Crisopas, avispas Verano
Lobularia maritima Floración continua Orius, Aphidius Todo el año

Ahora que posee una visión completa de las estrategias avanzadas, desde la importación de un especialista hasta la construcción de un hábitat resiliente, el siguiente paso es aplicar este conocimiento. Comience por auditar sus propias fincas: identifique las plagas clave, evalúe las condiciones para el establecimiento de auxiliares y diseñe un plan para incorporar infraestructuras ecológicas. Transforme su enfoque de la protección de cultivos y conviértase en un verdadero gestor del ecosistema agrícola.

Escrito por David Romero, David Romero es biólogo y agricultor, pionero en la aplicación de técnicas de agricultura regenerativa y de conservación en fincas de secano en España. Con más de una década de experiencia, su trabajo se centra en la recuperación de la salud y la biodiversidad del suelo.